La comida es un motivo que antes o después sentimos la necesidad de retratar con nuestra cámara. Ya sea por su colorido, por la variada textura, o quizás por los sentimientos que nos evoca, todos, tarde o temprano, acabamos fotografiando comida.

Hacer fotos a la comida, tiene sus trucos como todas las demás ramas fotográficas. No es lo mismo hacer una foto en plano picado sin complicarnos, que intentar buscar la forma para que el alimento trasmita a los demás que tiene que estar para chuparse los dedos. Hay platos donde la elaboración no es nada del otro mundo y hay otros que tienen tan buena presentación que dan pena comérselos y a la vez, son muy fotogénicos.

Tips para comértela

Sea como sea, como amantes de la fotografía, se debe buscar la forma para que los alimentos queden favorecidos, y para ello, unos sencillos pasos serán suficientes para iniciarse en el mundo de la fotografía gastronómica.

  • La Luz y la dramatización de la comida. La iluminación es lo más importante cuando se trata de fotografiar comida, de esta manera parecerá mucho más dramática si la iluminas desde un lateral o desde atrás. Las sombras, mejoran la textura de la comida. Si puedes, sitúa el plato cerca de una ventana con una buena luz lateral.
  • Busca el perfil bueno. Así como las personas tenemos nuestro lado más fotogénico, la comida también la tiene. Dale vueltas al plato para averiguar cuál es el perfil más favorecido del alimento antes de empezar a hacer fotos.
  • Ten en cuenta el fondo. La comida tiene que ser la protagonista, por lo que no hagas que los objetos que entren en escena, como el mantel, o el propio plato, llamen más la atención que la comida. Mantén un fondo simple y utiliza platos de un solo color. Deja que la comida sea la que llame la atención.
  • Posición de la cámara. De primeras, la mayoría tendemos a fotografiar los platos en picado, pero cambia de punto de vista e intenta buscar un encuadre colocando la cámara al ras de la comida. Así cogerá más volumen y será más atractiva para el que lo vea.
  • Cierra el plano. Lo ideal es acercarse a la comida, hará que nos trasmita sensación de cercanía, pretendiendo que, una vez hecha la foto, tan solo con mirarla podamos imaginar su sabor y su olor. Además, se debe tener en cuenta que la comida sólo estará fresca durante un corto periodo de tiempo, por lo que, si se está cocinando en casa, prepara primero la mesa, los platos, las servilletas, la luz que quieres tener, etc. antes de tomar ninguna foto. Una vez que lo tengas todo listo, prepara el plato con la comida y empieza a hacer fotos.

Truquitos que ayudan

Usar herramientas de manipulación va a ser muy útil. Pinzas, brochas, sprays y cualquier accesorio que pueda ayudar a manipular la comida o mejorarla de forma más fácil. Por ejemplo, colocar unos guisantes en la posición adecuada siempre será más sencillo y más limpio con unas pinzas.

Un truco que usan muchos fotógrafos de comida es usar una botella con spray llena de agua para crear pequeñas gotas en determinados alimentos, haciéndolo parecer mucho más frescos y relucientes.

Si estas en casa es mucho mejor hacerle fotos a la comida cuando no está completamente cocinada. Los vegetales, por ejemplo, en ocasiones pierden color cuando se cocinan demasiado. Un pavo por ejemplo, pierde volumen cuando se cocina mucho.

Cuando tomes la foto a una hamburguesa o un sandwich procura mover todos los ingredientes para que se muestren por el lado que vamos a realizar la foto, o mueve el pan hacia atrás para que parezca que los ingredientes sobresalen. La foto cambiará considerablemente.

Consejitos de foodies

El término que define a los foodies es de origen inglés, y significa que la persona tiene mucho interés por la cocina y todo lo que la rodea. Novedades e innovaciones tecnológicas, nuevos productos, técnicas de cocina sorprendentes, etc. En definitiva, todo lo que tiene que ver con el ámbito gastronómico.

Ya que las fotos de comidas para sitios web o blogs de foodies, o solo para compartir con amigos, se toman de comida que a menudo se sirve en un restaurante o en su propia cocina, incluimos consejos útiles para ambas situaciones.

  • Para fotografías en restaurantes, la iluminación es algo importante a tener en cuenta.
  • Las copas de vino siempre se ven muy altas en las fotos, por lo que, generalmente en tomas profesionales utilizan copas más pequeñas, como copas de jerez o copas con tallos cortos.
  • Es mejor quitar los cubiertos del área de fotografía, no solo para evitar reflejos sino también porque le parece una distracción.
  • Algunos alimentos se ven mejor crudos que cocidos.
  • La comida frecuentemente se ve mejor en tomas en platos pequeños. Está mejor balanceada y es más tentadora y atractiva cuando llena gran parte del plato.

Por último, ¡Vuelva a tomar la fotografía! Si al volver a su computadora no le gustan cómo quedaron las imágenes, pero sí le gusta el contenido, es posible que el plato siga estando en el menú cuando regrese. Traiga a un amigo si no quiere comer solo.